Wednesday, December 12, 2012

Veinticuatro horas y un minuto.

No eres tu mujer


La única que espera

En las cuerdas del tiempo


Bajo el efecto de un café,


Veinticuatro horas y un minuto


También tienen mis días.




Serénate y despacio


Abre aquel camino,


Seduce tus encantos


Delante del espejo.


Atormenta tu desierto,


Llevo en mis alforjas


Suficiente lluvia para la sequía.


Endurece a tu manera


La cúspide de mis antojos


Y deja la puerta abierta


Para simplificar demoras.

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